El camino vocacional

Pastoral Juvenil/Vocacional
¡Cuántas preguntas pueden surgir en el corazón de quien escucha! Cuando nos preguntamos: “Señor, ¿qué quieres de mí? ¿Qué quieres que haga?"
Si eres joven y estás intentando dar respuesta a estas preguntas, para darle sentido a tu vida, intenta entrar en contacto con nosotros...
Italia
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Responsabile: P. Clebison Faustino, fsa
Tel. (+39) 331 404 7850
Filipinas
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Responsabile: Fra. Ivan Rey, fsa
Tel. (+63) 977 677 6027
Bolivia
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Responsabile: P. Christian Sifuentes, fsa
Tel. (+591) 623 41837
Kenya
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Responsabile: P. Joseph Baptist, fsa
Tel. (+254) 768 790 361
Brasil
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Responsabile: Fra. Talyson Farias, fsa
Tel. (+55) 85 9687 2234
Perù
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Responsabile: Fra. César Sagal, fsa
Tel. (+51) 982 237 758
Fases de la Formación

Formación
La formación de los Hijos de Santa Ana tiene como prioridad la integración de todas sus dimensiones: humana y comunitaria, intelectual y doctrinal, carismática y espiritual, apostólica y misionera, de tal manera que en sus dos fases, inicial y permanente, tiene como objetivo principal sumergirnos en la experiencia de Dios y ayudarlos a perfeccionarla progresivamente en la propia vida.

Aspirantado
La experiencia comunitaria del Aspirantado tiene como objetivo favorecer el conocimiento mutuo entre los jóvenes y con nuestra familia religiosa, ayudándoles a profundizar en su identidad cristiana y su vocación específica en la Iglesia, para que puedan discernir libre y responsablemente su vocación de Hijos de Santa Ana y verificar sus condiciones reales para el ingreso al pre-noviciado.

Pre-noviciado
El pre-noviciado es la primera etapa real de un itinerario formativo sistemático, en el que se ayuda al candidato a experimentar el progresivo desprendimiento del entorno de origen y a aclarar las razones de la elección vocacional a través de la formación humana, cristiana y carismática. Se introduce progresivamente en nuestro estilo de vida familiar y de oración y prepara para la transición al noviciado.

Noviciado
Esta etapa, "corazón de la formación del Hijo de Santa Ana", ayuda al novicio a iniciar progresivamente su opción de identificación con Cristo en el misterio de su pobreza en la vida consagrada, a través de una intensa vida de oración y fraternidad, en la práctica del consejo evangélico, según el estilo de vida del Instituto de los Hijos de Santa Ana.
Además, favorece al novicio la posibilidad de conocer e identificarse con la herencia carismática de la Familia Religiosa, ofreciéndose como don al servicio del Reino. Al finalizar el noviciado, el novicio profesa los votos de Castidad, Pobreza y Obediencia según las Constituciones del Instituto, consagrando su vida al Señor.

Juniorado
El Juniorado es el período en el que el profeso Hijo de Santa Ana vive y consolida su pertenencia al Instituto que, en un clima de oración y servicio, le permite el aprendizaje y la experiencia necesarios para consolidar en el tiempo y paulatinamente su sentido de pertenencia y madurez orientada hacia la consagración definitiva.
La duración total de este período de promesas temporales no deberá ser inferior a tres años ni superior a seis. Al finalizar el tiempo para el cual se hizo la profesión, es necesario que el religioso solicite espontáneamente renovar sus votos. Y al finalizar el juniorado, el joven profeso se prepara para hacer la profesión perpetua.

Preparación al ministerio Sacerdotal
El período que se inicia con los primeros votos señala también una posición tomada respecto de la posibilidad de acceder al sacerdocio ministerial. En este período se profundiza el conocimiento filosófico-teológico. Este se concibe como un don precioso que debe ser salvaguardado con la debida formación según los criterios de la Iglesia, en su magisterio y de nuestro patrimonio espiritual.
Para los religiosos orientados al ministerio ordenado, durante los estudios teológicos, incluye también la recepción de los ministerios del Lector y del Acólito. La formación específica incluye la preparación bíblica, teológica y carismática y la posibilidad de ejercer pastoralmente los ministerios del Lector y del Acólito.